Hoy es uno de esos días en los que me levantaría, miraría por la ventana y volvería a meterme en la cama sin pensarlo.
Y llevo todo el día con ese pensamiento a cuestas.
No sé explicarlo, pero me he dado cuenta que era grabe cuando he pasado por delante del bus de ‘Donantes de sangre’ y no se me ha movido ni un poquito algo por dentro.
Soy donante desde hace unos años (de sangre, de médula y de órganos el día que fallezca) y siempre al pasar por delante del bus me dan ganas de saltar dentro y donar ese casi medio litro que no necesito.
A veces me frena que no han pasado los tres meses y medio que debo esperar desde la última donación. Otras veces que estoy de resaca o que no desayuné o no comí.
Hoy lo he visto y he pasado de largo. No me apetecía. No tenía ganas. Quería hacer lo que tenía que hacer y volver corriendo a casa a tumbarme con la manta eléctrica en el sofá.
No sé si es una de las miles de gripes que cojo al año (venditos niños as) o el virus de gastrointeritis que ‘pulula’ entre la gente que conozco. Pero algo estoy pillando.
Algo se está acercando. Y como me toque… me va a dejar sin las pocas fuerzas que ya me quedan.
Ánimo a los enfermitos y a los enfermos.
A mí los vientos del norte. Me duele la garganta… y espero que no vaya a más. Ya sabes, un día en camita, miel y limón… y se arregla todo. Cuídate mucho!
Hola Iratxe!
Cuidate mucho!!!!!
Musus.